La máquina de las experiencias



Te propongo un juego: lee con atención la siguiente situación hipotética, y, después, reflexiona. 

"Supongamos que existe una “Máquina de las Experiencias” que podría darte cualquier experiencia que desees. 
Mediante estímulos neuropsicólogicos, se estimularía tu cerebro para que puedas pensar y sentir que estás escribiendo una gran novela, o conociendo un nuevo amigo, o estás llevando a cabo la lectura de un interesante libro. Todo el tiempo estarías flotando en un tanque, con electrodos conectados a tu cerebro. 
¿Te conectarías a esta máquina de por vida, con estímulos mediante preprogramación que te permitieran vivir todos tus deseos? Por supuesto, mientras estás en el tanque no sabrás que estás allí; pensarás que realmente está sucediendo todo aquello que siempre has deseado. ¿Te conectarías? 
Si tuvieras la posibilidad de comprar esa máquina, ¿La comprarías? Piénsalo despacio. Podrías vivir en un mundo feliz, un mundo sin miseria, sin injusticias, sin enfermedades ni dolor, una sociedad solidaria, donde no existirían las guerras, el hambre, las catástrofes, sin que hubiera necesidad de trabajar, con todo el dinero a tu disposición, amando y siendo amado por las personas que desearas… ¿No sería fascinante? ¿No es lo que todos deseamos: la felicidad?"

Ahora, responde a las siguientes preguntas:

  1. Escribe tres deseos con los que siempre has soñado
  2. Si tuvieras la posibilidad de comprar esa máquina ¿La comprarías? ¿Te conectarías a esa máquina? ¿Por qué? 
  3. ¿Qué es para ti la felicidad? Escribe una breve definición
  4. ¿Qué ingredientes consideras que son indispensables para alcanzar la felicidad? 

¿Ya?

Antes de explicar esta actividad, voy a comentar algo del método. Si lo has respondido solo/a, porque en estos momentos no hay nadie contigo, no pasa nada. Es una actividad interesante para reflexionar un poco y, seguramente, sorprenderte de lo difícil que a veces es definir algo tan usado en el lenguaje como es la felicidad. Además, si, de lo contrario, te ha parecido fácil responder a esa cuestión porque lo tienes bastante claro, las demás preguntas también son curiosas: puede que te hayan surgido solo dos deseos en lugar de tres, que hayas dudado más de lo que creías si la comprarías o no, si te encantaría poner algún "depende" o "pero" según te venían a la cabeza diferentes condiciones para  comprarla o si simplemente te costaba incluso imaginar que incluirías en el mundo feliz de esa máquina.
Sin embargo, esta práctica se suele realizar grupalmente, para estudiar cuántas personas eligen comprar la máquina, cuántas no, y por qué han tomado esa decisión. Si llevase a cabo esta actividad con un grupo de personas, aproximadamente un 95% de ellas elegiría no comprarla. Efectivamente, una abrumadora mayoría preferirían vivir en un mundo real con problemas que en uno ficticio feliz. 
Este dato no lo he concluido yo de ningún estudio personal, sino que fue Robert Nozick, filósofo americano de la Universidad de Harvard, quien desarrolló y llevó a cabo este experimento. Dicho estudio concluía que solo un 5% de la población analizada escogía la vía fácil del mundo feliz. Aunque parezca teórico e incluso casi increíble, en mi clase realizamos la actividad, y se recogió un porcentaje prácticamente idéntico. Pero, ¿qué lleva a las personas a elegir un mundo con problemas frente a uno utópico? Según Nozick es debido a que preferimos guiar nuestras vidas según nuestros propios criterios y valores, aunque suponga vivir experiencias de ansiedad, disgustos o contratiempos. Además, preferimos vivir la enorme satisfacción que implica perseguir nuestras metas personales, con un cierto grado de esfuerzo y dificultad porque esto hace mas gratificante la recompensa. Aunque nos guste decir y sentir que hemos vivido experiencias, realmente también queremos llevarlas a cabo. No nos basta con poder presumir de ellas, sino que queremos experimentarlas. Además, este experimentador también apunta que necesitamos ubicarnos como "cierto tipo de persona", es decir, tener ciertas características, historia y vivencias, puesto que rechazamos la idea de vivir en una burbuja aislados. Por último, apunta que tendemos a preferir una realidad natural, donde se pueda explorar de manera profunda (aunque nos lleve a emociones o situaciones negativas) que un mundo controlado por el hombre, donde el contacto con la verdadera realidad queda limitado.

Por mi parte, si os interesa, elegí el mundo real. Tengo que reconocer que venía con una idea preestablecida, puesto que, aunque no había hecho nunca esta actividad, sí que había abordado esta situación anteriormente de otra manera: me leí hace años "Un mundo feliz", de Aldous Huxley. A medida que avanzaba en la lectura, me daba cuenta que cada vez menos me gustaba ese mundo. Apuesto siempre por la moraleja en toda situación de "es una experiencia en la vida, ayuda a completarnos", ya sea buena o mala, así que, por supuesto, apostaba por el mundo real. Esta filosofía de vida se refleja, en parte, en la Psicología Positiva, de la que hablaré en siguientes entradas: el mundo no es feliz porque no haya cosas malas y existan únicamente buenas, sino porque, habiendo malas (a la vez que se aprenden de ellas), damos la importancia que se merecen a aquellas positivas.

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